Cuando se apagan las luces,
llega la noche
y me quedo a
solas con mis pensamientos,
yo misma me boikoteo
el alma,
el corazón
y la
felicidad.
No eres tú el que viene a mi cama a oscuras,
te traigo yo
sola.
Y finjo que me abrazas, como nunca hiciste.
Tengo una gran
capacidad inventiva,
porque me besas,
me cubres,
me deseas…
me quieres.
Y no ha salido mal ni ha pasado el tiempo.
Todo está bien y
sigue igual de maravillosamente
que como en mi cabeza iba a suceder.
Estoy loca, y tengo miedo de que lo descubran.
Justifico mis desvaríos con la poesía,
con la lírica de la
narrativa enmascaro mi vacío.
Maquillo de letras escritas mis lágrimas invisibles,
y
construyo con hilo de aire mi rasgado cuerpo
para que parezca que sigue hacia
delante caminando por sí solo.
Todo mentiras, todo apariencias.
Dicen que la vida es eso que pasa mientras planeas cosas,
o
lo que pasa mientras esperas a que sucedan.
Yo digo que la vida se me pasa
esperando a que lleguen los breves y separados instantes contigo, en los que
realmente me siento viva, en los que de verdad siento que estoy viviendo.
Y mientras invento,
dibujo a lápiz mi camino para poder
borrarlo enseguida si tu tinta inunda mi papel,
pero mis hojas quedaron en
blanco.
No es que parase mi tren por esperar a que tú lo cogerías,
es que construí una vía entera nueva
para que los carriles llegasen a tu
estación.
Y de nuevo, nadie se subió.